Después de mucho trabajo y sufrimiento todo estaba a punto para el gran viaje, juntamente con la penya de la Garriga se había podido llenar el bus, unas cincuenta personas se iban a desplazar y juntarse con 400 pericos que ya estaban allí o a punto de llegar.
El autocar estaba colocado en su puesto de salida y la bandera de la penya colocada en el cristal posterior. La gente eufórica subía al autocar y tomaban asiento, todo iba sobre ruedas y ya estábamos a punto de salir para la segunda parada en Cornellà.
Por fin estábamos todos en sus puestos y camino de Valencia, las fallas nos estaban esperando y la mascletà la llevábamos nosotros. El primer viaje de la penya ya no era un sueño sino una realidad. Miraba atrás desde mi asiento que era el primero y mi cara de ilusión o mejor dicho de satisfacción era enorme.
La seguridad es cara y nunca mejor dicho, nos cobijamos en una marisquería y nos cobraron por las cervezas, cubatas u otros refrescos a precio de oro, pero allí estábamos seguros.
Una vez pasado los nervios y que la gente ya tenia sus entradas, la policía nos confirmó que no había ningún problema por estar en los alrededores de Mestalla.
Unos cuantos del grupo nos dirigimos detrás de la comparsa típica de Valencia hasta el bar de Manolo el del Bombo. Esto era otra cosa, un centenar de pericos estaban allí esperándonos para seguir la fiesta. Lo más destacado del bar, sin duda, son las dos camisetas de la selección con los nombres de Antonio Puerta y nuestro eterno capitán Dani Jarque que estaban enmarcadas y colgadas.
Todo fue una fiesta, como siempre nuestra afición es enorme y se mantiene fiel al equipo, pase lo que pase. El partido nos lo robaron pero A PESAR DE TODO YO ESTOY AQUÍ.

Solo felicitar a toda la gente que se desplazó ese día con nosotros, que tuvieron paciencia y saber estar, MUCHAS GRACIAS y HASTA EL PRÓXIMO VIAJE.